Hoy, después de unos meses, he dejado la academia de dibujo; la verdad es que algo dentro de mi me ha impulsado a hacerlo, no sé todavía el motivo; supongo que estoy en una etapa de cambios. Es curioso porque el motivo no es que me haya cansado de dibujar, ni de que no me gusten las clases; quizá sea que barrunto que se acerca el buen tiempo y me apetece más hacer deporte, pasear y cosas así, como sentarme tranquilamente en un banco y abocetar lo que me apetezca.
De todas formas, no me arrepiento de haberlo intentado, no descarto volver a la academia, no es que esperara descubrirme como un genio, tampoco esperaba aprender en dos días, pero he aprendido muchas cosas.
De todas formas, no me arrepiento de haberlo intentado, no descarto volver a la academia, no es que esperara descubrirme como un genio, tampoco esperaba aprender en dos días, pero he aprendido muchas cosas.
Lo primero que he aprendido es que, la técnica y la constancia hacen posibles cosas muy difíciles; en mi caso, mi profesor no paso de decirme “tienes buen ojo” y me ha corregido casi todos los dibujos que he realizado; pero, en las clases y en casa, ya que me llevaba deberes, poco a poco he ido haciendo figuras más complejas, hasta que las laminas de Emilio Freixas (laminas de escuelas de dibujo) formaron parte cotidiana de mi vida, algunos de mis dibujos me empezaron a gustar, me parecía increíble que fueran míos.
Lo segundo, es disfrutar observando las cosas sencillas y aprender a apreciar los colores y las formas de las personas, los animales, las cosas ... Es curioso ver el juego de colores que hace una toalla azul en un baño; es azul pero el volumen, la luz, los brillos, hacen que en cada momento sea especial, se reproducen multitud de tonalidades y claroscuros. Es difícil pintarla bien.
Lo tercero es que, aunque todavía no he llegado a entender la mayoría de los cuadros abstractos; disfruto mucho mas viendo exposiciones, descubriendo aspectos en los lienzos que antes me pasaban totalmente inadvertidos; acercándome al cuadro para poder observar la pincelada, los trazos, la frescura de los rostros, las miradas o el movimiento de las figuras.
Lo cuarto, supone descubrir un camino; un largo camino que supone el aprendizaje de una técnica, de un arte en este caso; es un camino largo, con muchas etapas diferentes y sin fin. Esto último es lo mejor de todo; así he descubierto a un buen compañero de viaje.
Y lo último, es descubrir lo importante de lo amateur; no es necesario ser Dalí, Goya, El Greco, Van Goth o Toulouse Lautrec; es suficiente con ser nosotros mismos para disfrutar del dibujo y la pintura, para sacar el arte que toda persona lleva dentro o para sentir el placer de aprender algo que nos gusta.
Lo segundo, es disfrutar observando las cosas sencillas y aprender a apreciar los colores y las formas de las personas, los animales, las cosas ... Es curioso ver el juego de colores que hace una toalla azul en un baño; es azul pero el volumen, la luz, los brillos, hacen que en cada momento sea especial, se reproducen multitud de tonalidades y claroscuros. Es difícil pintarla bien.
Lo tercero es que, aunque todavía no he llegado a entender la mayoría de los cuadros abstractos; disfruto mucho mas viendo exposiciones, descubriendo aspectos en los lienzos que antes me pasaban totalmente inadvertidos; acercándome al cuadro para poder observar la pincelada, los trazos, la frescura de los rostros, las miradas o el movimiento de las figuras.
Lo cuarto, supone descubrir un camino; un largo camino que supone el aprendizaje de una técnica, de un arte en este caso; es un camino largo, con muchas etapas diferentes y sin fin. Esto último es lo mejor de todo; así he descubierto a un buen compañero de viaje.
Y lo último, es descubrir lo importante de lo amateur; no es necesario ser Dalí, Goya, El Greco, Van Goth o Toulouse Lautrec; es suficiente con ser nosotros mismos para disfrutar del dibujo y la pintura, para sacar el arte que toda persona lleva dentro o para sentir el placer de aprender algo que nos gusta.