Hoy ha sido el día del Pilar, para los que somos zaragozanos de toda la vida es un día especial; es una de esas fechas en la que uno hace recuento y se acuerda como lo paso en tiempos pasados. No siempre este día ha sido igual para mí, recuerdo las épocas de juventud en las que el día de la víspera salíamos los amigos hasta las tantas y solía volver de madrugado cruzándome con los baturricos más madrugadores; desde hace unos años me he convertido en uno de éstos, todo comenzó con una promesa, pero una vez cumplida, le cogí el gustillo y salgo todos los años que puedo, incluido el pasado, con aguacero incluido.
Esta mañana cuándo he llegado a la plaza de Aragón, he visto a grandes grupos de baturros y al oír por los altavoces como anunciaban la entrada a la ofrenda por sus accesos a dos de estos grupos se me ha erizado la piel, sobrecogido el estomago y he sentido una intensa emoción. No sé realmente el motivo de esta impresión, pero me ocurre siempre; supongo que en ese momento me encuentro con mis raíces crecidas a partir de varias generaciones en la misma ciudad y con la cantidad de acontecimientos que han trascurridos a lo largo de mi vida en fechas cercanas a este día. Luego vienen las colas, las incorporaciones, las conversaciones con los amigos con los que salimos este año, siempre hay alguien nuevo, la gente mirando mientras muchos nos hacen fotos o graban vídeos, los que se intentan colar (que no son pocos), el apretado paseo por la calle Alfonso (los grupos), la llegada a la plaza del Pilar, aunque este año (no sé si por la crisis) sin jotas que nos erizaran la piel, y la entrega de las flores a la Virgen.
Luego el chocolate con churros, el vermú en bares apelotonados de gente y al final la comida familiar.
Es curioso porque si bien la mayoría de trajes están bastante bien cuidados y se puede apreciar bastante variedad (diferentes nacionalidades y trajes de otras regiones), los hombres tienden a ir con el típico traje con chalequito y alpargatas, mientras las mujeres suelen ir de gala y con zapatitos. Durante el paseo muchos llevan botas de vino que van pasando a los demás del grupo e incluso algunos se lían en la espera a comer chorizos, longanizas y demás.
FELICES FIESTAS A TODOS