Es curioso como hay cosas que en principio nos gustan posteriormente cuando descubres como se cocinan perdemos el interés por ellas. Supongo que es algo así como lo que nos ocurre con los trucos de magia, nos ilusionan y nos dejan con la boca abierta, de niños incluso nos creemos que el mago tiene poderes sobrehumanos, de mayores nos dejamos libremente dejar llevar por la fantasía de que el mago tiene poderes sobrenaturales hasta que nos explican el truco y entonces se nos desvanecen los sueños y la cosa pierde gracia. Esto es lo que me ha pasado con una serie de televisión, conocida con el título de “Mentes Criminales”; en esta serie se cuentan las historias de la Unidad de Análisis de Conducta del FBI, esta unidad esta formada por varios miembros: Hotchner es el jefe, Morgan es negro y siempre participa en las escenas de más acción, Spencer Reid fue un niño prodigio, tiene un coeficiente intelectual de 187, puede leer 20.000 palabras por minuto, a los 24 años ya contaba con 3 doctorados y tiene una memoria impresionante, JJ se encarga de relacionarse con lo medios de comunicación, Noelle es experta en crímenes sexuales y además sabe español porque tiene ascendencia cubana, Penélope García es capaz de descubrir cualquier información con su ordenador e incluso meterse en cualquier sistema informático, es la única que no viaja con el equipo al lugar de los hechos y que se mantiene siempre con su equipo en la central y finalmente, Gideon, es el mejor del equipo, el encargado de elaborar perfiles que suelen ser la piedra clave dónde se asienta la construcción de la investigación. Bueno, la unidad viaja a diferentes sitios de EEUU descubriendo y deteniendo a asesinos, incluso en un episodio fueron a Jamaica, y para desplazarse tienen su propio avión, Gideon va más allá de un agente más y los episodios suelen contar con su voz en off narrando cortas pero acertadísimas notas filosóficas.
Disfrutaba mucho viendo la serie e intentando participar intentando descubrir quién es el asesino o como pueden llegar a descubrirlo, como en toda serie de televisión no es nada fácil y difícilmente acierto, pero lo pasaba bien. Sin embargo el otro día, en unas jornadas jurídicas, conocí al Gideón español, una persona que por razones no debo decir su identidad, la verdad es que me interesó mucho lo que me contó y disfrute mucho con las diferentes conversaciones que mantuve con él, lógicamente le dije que era un fan de la serie y me dijo que él había visto algún episodio y que las investigaciones realizadas de la manera que se ven en estos episodios no serian efectivas. Cuándo mi ya casi amigo me dijo esto, sentí cierta desilusión, la verdad; luego pensé que hasta la fecha no había visto ninguna película o serie que hubiera retratado la vida de los palacios de justicia tal y como es, o al menos tal y como la vivo yo.
Es de prever que las películas y las series han de ser atractivas para la mayoría del público y que para ello han de utilizar trucos para que les guste a la gente; pero, es que cuando están bien hechos como en esta serie, encajan todas las piezas y ¡parece todo tan real!
Es de prever que las películas y las series han de ser atractivas para la mayoría del público y que para ello han de utilizar trucos para que les guste a la gente; pero, es que cuando están bien hechos como en esta serie, encajan todas las piezas y ¡parece todo tan real!