viernes, 13 de marzo de 2009

LOMBROSO CLASIFICÓ A LOS DELINCUENTES


Conocí la obra del psiquiatra italiano Cesar Lombroso y su clasificación de los criminales a través de mis estudios de derecho, sin embargo, y muy a mi pesar, nunca conseguí un ejemplar, por mas que lo busqué, de su obra principal “El Hombre Delincuente”; pero, el otro día, gracias a internet, encontré un ejemplar del “L'uomo delinquente” del año 1876, escrito en su idioma original, en italiano; la verdad es que a pesar de no conocer el idioma, gracias a la similitud con el idioma español y a la cantidad de gráficos, estadísticas y dibujos que conforman la obra, pude apreciar en que consistió la obra cumbre del padre de la antropología criminal; así Lombroso fija las características físicas de los delincuentes más comunes, analizando: su constitución física, su raza, la forma de su cráneo; también, analizó en esta obra, lo que Lombroso llamó la psicología y la biología de los delincuentes, analizando: diferentes aspectos como la tendencia de estos individuos a realizarse tatuajes, su caligrafía, su religión, su tendencia al suicidio, su sensibilidad, su arte, su industria, su literatura, su inteligencia. En la obra las estadísticas van acompañadas de varios dibujos en los que retrata como deberían ser, según su teoría, determinados tipos de criminales.

En la obra antes mencionada, Lombroso plantea la teoría de que es posible reconocer al delincuente tras el análisis de sus rasgos físicos, biológicos y psicológicos; esta teoría arranca a partir de la lectura de la obra “Del Origen de las Especies por Vía de Selección Natural” en la que Darwin plasmó su Teoría de la Evolución de la Especies, esta obra supuso una importante revelación en el trabajo de Lombroso hasta el punto que el mismo la tradujo del idioma original al italiano. Esta obra fue el punto de partida y la columna vertebral del trabajo de Lombroso, comenzó estudiando como algunos criminales, al igual que algunos animales como las ardillas o los castores, presentaban a menudo un hundimiento de la fosa occipital, lo que representaba lo que Darwin denominaba como la “evolución atávica”, suponiendo un regreso del ser humano hacía la animalidad y llegando a la conclusión de que el delincuente no es un producto de las diferentes influencias exteriores; es decir su teoría se basaba en que el delincuente nace y no se hace.

Lombroso clasifica los delincuentes en los siguientes apartados:

Delincuente nato: Presenta una serie de anomalías y estigmas de origen atávico o degenerativo; es un ser atávico producto de la regresión a etapas primitivas de la humanidad. Señala como principales características psíquicas y físicas de este delincuente nato: frente huidiza, gran desarrollo de los pómulos, orejas en forma de asa, insensibilidad al dolor, mayor robustez de los miembros izquierdos, insensibilidad afectiva, falta de remordimientos, cinismo, vanidad, crueldad, afán vengativo, impulsividad, tendencia a las orgías, uso frecuente del argot y tatuajes obscenos.
Delincuente loco moral: Se trata de un sujeto que no llega a comprender el sentimiento moral; siendo un sujeto indiferente en el plano afectivo, trasformándose esta indiferencia en odio, venganza y ferocidad, cuando entran en colisión con la ley, ya que estos delincuentes consideran que tienen derecho a hacer el mal. Son seres corpulentos, astutos, perversos y precoces tanto sexualmente como en cometer hechos de trascendencia delictiva.
El delincuente epiléptico: Es un ser agresivo y muy violento, capaz de cometer las más grandes atrocidades sin experimentar ningún tipo de remordimiento.
Delincuente loco: Aquel delincuente que comete los hechos delictivos por estar influenciado por alguna anomalía psíquica o por el alcohol.
Delincuente ocasional: Aquel que comete un delito en una ocasión puntual.
Delincuente pasional: Aquel que un estado de pasión le lleva a la comisión del delito.

A pesar de la mencionada clasificación Lombroso reconoció la influencia de aspectos ambientales y educacionales en la propensión del sujeto al delito. Consideró que en invierno se cometen más delitos, concretamente en enero más falsificaciones y estafas; llega a analizar la relación del delito incluso con las condiciones metereológicas, la raza, la densidad de la población y las clases sociales, así la criminalidad violenta se da en las capas más bajas de la sociedad mientras que en las clases acomodadas son más frecuentes los fraudes.

Leyendo diferentes artículos, que he utilizado para la confección del presente, me llamó la atención y me sorprendió uno en especial que hacía referencia a una obra de Lombroso “La mujer delincuente”, en esta obra, que me era totalmente desconocida, apreció un paralelismo entre el ser atávico y las prostitutas, a éstas las consideró como la representación genuina de la criminalidad, al faltarles el sentido maternal. Y, finalmente, después de afirmar que los cráneos de las mujeres no presentan grandes diferencias con los de los hombres, equipara a las mujeres con los niños; la semejanza afirmada no es baladí, ya que Lombroso considera que el delincuente nato es notablemente infantil, por lo que asemeja la actitud de la mujer a la del delincuente.