jueves, 5 de noviembre de 2009

EL TAOÍSMO Y LOS SUEÑOS

El Taoísmo nació en el siglo VI a.C. en China y en principio fue considerado como una filosofía de vida, aunque más tarde se convirtió en una religión. Mientras el confucionismo exhorta a los hombres a someterse a las normas de un sistema social ideal, el Taoísmo pretende que el hombre ignore a la sociedad y siga el camino (Tao) en el que se encuentre en armonía consigo mismo y con la naturaleza, debiendo el sujeto no hacer nada (nada forzado, artificial o no natural) sino seguir sus propios impulsos de esencia natural, despojándose de todo tipo de conocimientos y doctrinas, sólo así se alcanza el poder místico derivado de la unión con el Tao. En él se establece la unión de tres fuerzas: El Yin, fuerza negativa, sutil, femenina, húmeda; el Yang, fuerza positiva, concreta, masculina, seca y el Tao, fuerza superior que contiene a las otras dos.

La verdad es que, mi interés por esta cultura se ha producido a partir de una serie de lecturas, en algunas de ellas hablan de la existencia de una doble vida de los hombres a través de los sueños; así Chuang Tse habla del hombre que soñaba con ser mariposa y Lieh Tse del hombre rico que soñaba que era pobre y el pobre que soñaba precisamente lo contrario. Es curioso como existen diferentes teorías sobre la función que cumplen los sueños: una función restauradora, protectora, conservadora de energía, como estado que garantiza la adaptación y supervivencia, para favorecer la maduración cerebral o la motivación del sujeto e incluso para consolidar la memoria; sea cual sea la auténtica función del sueño, la verdad es que cuando soñamos (aunque luego no solamos acordarnos de nada) vivimos el sueño como real – todos sabemos a que me estoy refiriendo – en el sueño aparecen personajes reales junto con irreales, situaciones auténticas e imaginarias, florecen nuestros miedos más profundos, nuestras inquietudes salen a la luz e incluso tenemos abierto casi todo nuestro catalogo sensorial. La verdad es que los sueños van más allá de una mera realidad virtual, no hay que olvidar que se confeccionan en nuestro interior, de lo que se deduce que nosotros mismos de manera inconsciente los creamos. Es curioso como normalmente nos preguntamos ¿qué veremos por la televisión hoy? Pero no nos solemos plantear ¿qué es lo que voy a soñar?

Volviendo al Taoísmo creo que si bien éste resbala en principio al considerar el sueño como una vida paralela a la del ser humano - una vida implica continuidad de la historia - desde luego reconozco su visión de que los sueños podrían ser considerados como pequeños paréntesis en nuestra vida, en los que según el sueño de turno poder iniciar cierto proceso de aprendizaje y reflexión asumiendo variados roles, viviendo nuevas experiencias e incluso conociéndonos mejor a nosotros mismos ¿quién no ha soñado alguna vez que volaba, que perdía todo lo que tenía o que ganaba lo que nunca pudo ser?